Cuando digo la evaluación “en” un proyecto y no “de” un proyecto es porque entiendo que la
evaluación es una parte muy importante de un proyecto y no algo ajeno a él y
que se hace al final porque parece que en la enseñanza todo tiene que llevar una
nota numérica (aunque a veces se requiera así).
Cuando se programa un proyecto,
como este que he venido presentando y que se aplicará en el módulo de FOL para
ver los resultados de aprendizaje relativos a la seguridad laboral, la evaluación
debe estar presente constantemente para poder sacar toda la riqueza que lleva
de cara al alumno y su aprendizaje. A través de ella el alumno gana en autonomía personal a la hora de recoger y valorar
la información obtenida; le ayuda tener un pensamiento crítico y a aprender y
valorar como feedback las aportaciones de los demás.
Por eso se dice que la evaluación
se centra en el alumno y en el proceso,
ya que se adapta a los procesos de aprendizaje y al momento y tareas; a través
de ella el alumno (y el profesor) irá adaptando todo. La evaluación debe hacer
en todo el proceso, aunque de forma diferente y empleando herramientas diferentes
en cada etapa.
Otro aspecto importante es que, a
través de ella, el alumno irá adquiriendo también una serie de destrezas
digitales, puesto que podrá utilizar las TICs
en cada momento del proceso.
En esta evaluación se podrá dar entrada a otros agentes: otros
profesores, otros alumnos, profesionales del sector e incluso a las familias.
En definitiva, se trata de “evaluar para aprender” y no de
“evaluar para calificar”: el objetivo de la evaluación ha cambiado.
Presento a continuación un estudio sobre la evaluación de 5 tareas (que yo he considerado claves) de mi proyecto, titulado “Campaña de sensibilización sobre seguridad laboral en los talleres de automoción de un colegio”.